Ante una conducta suicida el centro debe actuar de una manera rápida y profesional.

Las personas que deben intervenir en el protocolo de posvención son el profesor/a, tutor/a, orientador/a y el equipo directivo, asesorados por los servicios de salud mental y de apoyo educativo.

Compañeros del aula, equipo escolar y los progenitores deben estar debidamente informados del proceso de duelo que se va a desarrollar en la comunidad educativa.

El equipo de orientación específico puede asesorar al profesorado en el proceso de duelo de una manera indirecta, acompañándolo y siempre unificando las pautas de actuación entre ambos.

En los casos de duelo complicados se debe poner en marcha la terapia de duelo por parte de los profesionales de salud mental.

ESTRATEGIAS A SEGUIR PARA ELABORAR UN PROCESO DE DUELO EN LOS CENTROS EDUCATIVOS

  1.  Las necesidades del alumnado involucrado en el proceso de duelo deben ser atendidas lo antes posible y reforzar los referentes familiares del alumnado.
  2. Los profesores deben escuchar, acoger y atender emocionalmente al alumnado en todo lo referente a su estado de ánimo después del acontecimiento.
  3. El profesorado debe coordinarse con las familias, escuchar sus dudas e inquietudes e informarlas del plan de trabajo y pedirles su colaboración.
  4. La ayuda experta siempre será una ayuda indirecta y estará orientada a informar o asesorar al profesorado, al equipo docente, alumnado o familias a cómo intervenir en cada momento.
  5. Poner a disposición del alumnado el asesoramiento directo a través de los recursos del centro.
  6. El plan de actuación incluirá el cómo comunicar a la clase la conducta suicida a través del profesor de mayor confianza con el alumnado.
  7. El proceso de duelo debe contemplar “un plan de despedida del grupo” en caso de fallecimiento adaptado a las edades de los alumnos, así como indicar la suspensión de actos programados en señal de duelo.
  8. El entorno escolar y familiar debe retomar lo antes posible la normalidad, respetando los procesos y sin precipitarse.
  9. Prestaremos especial atención a las capacidades afectivo-emocionales del alumnado y del grupo en las semanas siguientes. El duelo está compuesto de diferentes etapas (shock, protesta o negación, desesperanza y reorganización) y cada una de ellas se manifiesta con emociones tales como la culpa, la tristeza, la rabia, la angustia y la indefensión.
  10. Establecer dinámicas en el aula sobre gestión emocional enfocadas en el acontecimiento para identificar las más desadaptativas y fomentar el enfoque en las cosas positivas.
  11. El apoyo educativo debe ser personalizado a cada alumno atendiendo la diversidad.
  12. SI algún alumno/a no evoluciona favorablemente, el centro avisará a la familia para valorar su derivación al servicio sanitario a través del pediatra o de urgencias. El orientador/a del centro entregará a la familia un informe de evolución del alumno/a para entregar al médico de familia o al departamento de salud mental. Debe haber comunicación constante entre Salud Mental y el centro educativo.
  13. El centro educativo puede incorporar en clase, de un modo horizontal, contenidos relacionados con la autoestima, habilidades sociales, empatía, redes de apoyo entre iguales, toma de decisiones, resolución de conflictos, conocimiento y actitudes ante la depresión y otros problemas de salud mental o estrategias de regulación emocional como método preventivo.