El acoso escolar es una forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares de forma reiterada y a lo largo del tiempo, dentro y fuera del horario escolar.
Son situaciones, acciones y conductas en las que uno o más alumnos insultan, difaman, amenazan, chantajean, difunden rumores, roban, rompen cosas, agreden físicamente, ignoran o aíslan de manera intencionada, por sistema y prolongadamente a un/a compañero/a.
Un dato importante a tener en cuenta es que para que sea acoso, debe existir una desigualdad de poder, un desequilibrio de fuerzas a nivel físico, social o psicológico entre el acosador y la víctima, que obedece a una relación de sometimiento. Las consecuencias psicológicas en la víctima son sentimientos de indefensión, sumisión e inferioridad.
El acoso puede ocurrir dentro del propio centro escolar (en el patio, en el comedor, en los cambios de clase, en el aula, en los pasillos) y también fuera del colegio o instituto (en la entrada, de camino a casa o en la ruta). Últimamente, el acoso se produce también a través de medios telemáticos. Es lo que se conoce como Ciberbullying.
En el acoso participan tres roles: el/la que sufre el acoso, los/las agresores y los /as espectadores. Cada uno de ellos tiene un papel importante en el acoso escolar.


Señales para saber si un/a alumno/a está sufriendo acoso escolar
El acoso es un tipo de violencia y maltrato. Es importante diferenciarlo de otras conductas de intimidación o agresión. Estos son los elementos imprescindibles:
- Intencionalidad. El/la agresor/a quiere hacer daño, especialmente cuando ya es consciente de que la conducta produce sufrimiento en la víctima.
- Repetición. La reiteración de los comportamientos agresivos.
- Desequilibrio. Diferencia de jerarquía entre el acosador y la víctima. La superioridad del agresor o agresores provoca un sentimiento de indefensión que paraliza a la víctima.
Señales en la víctima
- Los niños/as o jóvenes víctimas del acoso suelen ser objetivo de burlas, bromas desagradables, son llamados por motes, los insultan, los molestan. Suelen estar involucrados en conflictos, aunque siempre acaban perdiendo. Son los últimos en ser elegidos en los juegos colectivos.
- Las víctimas cuando van al patio suelen quedarse cerca del profesorado. No tienen muchos amigos. Suelen denunciar deterioro o robo de su material escolar.
- Manifiestan una baja autoestima.
- Suelen estar más irritados de lo normal sin causa aparente o cambios de humor repentinos: alta agresividad, irritabilidad frecuente, enfados en exceso por cosas mínimas, gran ansiedad sin motivo que la justifique, tristeza sin causa aparente, lloro y desconsuelo sin motivo. Es decir, debemos estar atentos a cambios de actitud para los que no encontramos justificación y que permanecen en el tiempo.
- Pueden desarrollar fobia social en el entorno escolar.
- Pueden bajar su rendimiento escolar durante un tiempo prolongado.
- Pueden aislarse en clase y en el centro: puede cerrarse en banda y no querer hablar con nadie de su entorno, ni amigos, ni familiares ni profesores.
- Puede sentir ansiedad o depresión.
- Tienen arañazos, moratones o heridas, sobre todo si se dan con frecuencia.
- Absentismo escolar sin motivo justificado. Las familias nos dicen que pone excusas para no ir al colegio o instituto.
- Desciende su rendimiento escolar.
Señales en el agresor
- Se puede mostrar más agresivo de lo habitual.
- Suele tener más dificultades para controlar sus impulsos.
- Está más involucrado/a en disputas o enfrentamientos.
- No se muestra responsable de su conducta. Va de víctima.
